Crónica de la jornada “Universal Acceptance: en Internet, catalán con todas las letras”
Expertos y activistas reclaman soluciones para garantizar que el catalán —y todas las lenguas del mundo— puedan funcionar en Internet con plenitud e igualda
Dominios que no se registran. Correos que no llegan. Formularios que fallan. A menudo esconden un patrón común: una ele geminada, una ce con cedilla o una tilde abierta, caracteres especiales que identifican la lengua catalana pero que sus hablantes se ven obligados a omitir si quieren disfrutar de todas las funcionalidades en la red. Errores que parecen técnicos, pero que son síntomas de un problema más profundo: la falta de Aceptación Universal, todavía en pleno 2025.
Esta es la situación que se abordó el 18 de junio en la sede del Institut d’Estudis Catalans durante una jornada organizada por el dominio .cat con el apoyo del GeoTLD Group y el ICANN. 50 asistentes —entre tecnólogos, filólogos, registradores y creadores de contenido— siguieron las ponencias, mesas redondas e intervenciones que combinaron reflexión estratégica, análisis técnico y un llamamiento activista.
20 años reivindicando el uso del catalán en la red en pie de igualdad
El director de Accent Obert, Joan Abellà, inauguró la jornada recordando la historia del dominio .cat, síntesis y a la vez semilla de tantas reivindicaciones en torno a la lengua y la cultura catalana en internet. Abellà rememoró el impulso de una campaña ciudadana masiva bajo una premisa tan simple como: “¿Por qué no podemos tener un dominio propio?”. Y veinte años después, nada debería impedir que también se consiga que la lengua sea plenamente respetada en el entorno digital.
No se trata de un problema menor ni local. El catalán, con caracteres especiales que distinguen su alfabeto latino, es una de tantas lenguas afectadas por la hegemonía digital del inglés. Un problema que Ram Mohan ya teorizó a inicios de los 2000 dentro del ICANN —conocido como el “gobierno de Internet”— y que desembocó en una estrategia para corregir este sesgo. Desde 2010, por ejemplo, ya se pueden registrar dominios en alfabetos no latinos, conocidos como IDNs (nombres de dominio internacionalizados).
Nacho Amadoz, presidente del GeoTLD Group, defendió que lograr la Aceptación Universal es un requisito indispensable para que Internet sea realmente plural y multilingüe: “una cuestión de derechos de los usuarios”, afirmó con vehemencia. Desde su experiencia, y consciente de la lentitud de los avances, detalló las áreas en las que se trabaja: formación técnica, sensibilización, elaboración de políticas y compromiso de todos los actores implicados.
Bea Guzmán, responsable del dominio .cat,ilustró con datos la diversidad lingüística en la red, una imagen que todavía no se corresponde de manera precisa con la diversidad del mundo real. Esta distancia se acorta poco a poco gracias a iniciativas como la del propio dominio .cat, que en 2006 abrió el camino para que las culturas tuvieran su espacio propio en Internet, una tendencia que se acelerará en 2026 con la nueva ronda de dominios.
Esta diversidad es, a la vez, un logro y un obstáculo momentáneo para la interoperabilidad de muchos sistemas, cuestionando los principios de la Aceptación Universal. Guzmán centró su intervención en la escasa concienciación de los propios usuarios, que a menudo renuncian —incluso de forma inconsciente— a sus derechos en favor de una mayor usabilidad tecnológica. Una muestra clara es que, aunque el .cat permite el uso de símbolos propios del catalán desde su nacimiento, solo el 1,1% de los más de 113.000 dominios existentes los usa.
Cuando un dominio no basta y la compatibilidad es un privilegio
En una demostración práctica para todos los públicos, los expertos Pep Masoliver y Roman Roset, del departamento tecnológico de Accent Obert, mostraron cómo el uso de caracteres especiales puede provocar errores en formularios, correos electrónicos y otros servicios comunes. “Si no puedes abrir una cuenta en Amazon con un dominio que contenga diéresis o ele geminada, no sirve de nada registrarlo”, explicaron, visibilizando así el impacto real del problema en el día a día de muchos usuarios.
Una perspectiva que también compartieron los representantes de los principales registradores presentes (SW Hosting, CDmon, INWX y Nominalia): aunque todos ellos permiten registrar IDNs, no pueden garantizar que funcionen a pleno rendimiento. ¿Por qué? Porque todo depende de un puñado de gigantes tecnológicos que controlan las infraestructuras críticas para el buen funcionamiento de la mayoría de servicios en la red.
Los registradores hicieron un llamamiento a los grandes ausentes de la jornada —los proveedores de software y hardware— para que se alineen con los objetivos de la Aceptación Universal. También reclamaron que se calculen los costes que implicaría adaptar los sistemas digitales para garantizar la compatibilidad entre todas las lenguas. Sin embargo, la demanda sigue siendo baja en el sector privado: en Nominalia, apenas tres solicitudes anuales vinculadas a los IDNs.
Una llamada a la soberanía lingüística digital
También hubo espacio para el activismo. La filóloga Valentina Planas —conocida como “La Incorrecta”— reivindicó con contundencia la soberanía digital: “Ser catalán es agotador, pero no debemos resignarnos. Es nuestro derecho hablar nuestra lengua, también en digital”. Con su habitual tono irónico, y compartiendo su lucha personal con un robot de cocina, denunció que “no podemos normalizar que tengamos que escribir mal para que las máquinas nos entiendan”.
Una vivencia compartida por Gerard Soler, de Plataforma per la Llengua, quien relató las quejas recurrentes que reciben por la imposibilidad de utilizar, por ejemplo, la ce con cedilla en servicios como Bizum. Gracias al trabajo de incidencia de la Plataforma, Bizum se tradujo íntegramente al catalán en 2022, y progresivamente las entidades bancarias han empezado a aceptar algunos de los caracteres especiales del catalán en los pagos, en un proceso de mejora que sigue abierto.
En una mesa conducida por el periodista Albert Cuesta, Núria Ribas (Amical Wikimedia), Marc Antoni Malagarriga (Grup de Treball de la Ela Geminada) y Vicent Ferrer (Acció Cultural del País Valencià) evidenciaron la vitalidad digital de la comunidad catalanohablante en defensa de su identidad cultural.
Como sentenció Planas: “El catalán solo tendrá futuro si también lo tiene en la red, en los sistemas, los dominios y todas las interfaces digitales. Con dignidad.”
Una Internet más diversa exige más cultura digital
Roman Martín, de ASCICAT, clausuró la jornada alertando sobre los riesgos de ignorar la diversidad de alfabetos. Esta brecha puede facilitar ciberataques mediante técnicas de suplantación, aprovechando similitudes entre caracteres. La solución pasa por un mejor conocimiento de las herramientas disponibles, más cultura digital y más formación.
Hacia una Internet más justa, plural e interoperable
Y precisamente este era el objetivo de la jornada: generar y compartir conocimiento. Una selección de ponentes expertos puso de manifiesto que la compatibilidad lingüística nunca ha sido un problema técnico, sino un sesgo de diseño que debe corregirse con urgencia para garantizar los derechos de todos los usuarios.
Como concluyó Nacho Amadoz: “Si Internet quiere ser realmente universal, debe incluir todas las lenguas, todas las identidades, todos los caracteres. Y todos los acentos. Sin excepción.”